La fenología es aquella ciencia que estudia cómo influyen los factores climáticos en los ciclos de los seres vivos. Desde la hibernación de la planta en el viñedo, hasta la maduración de sus frutos y la posterior caída de las hojas, el viñedo pasa por 19 estados fenológicos que analizan cada etapa y ayudan a universalizar el proceso a través de unas nomenclaturas concretas.
El ciclo comienza con la formación de las yemas de invierno (estado fenológico A). Este se inicia tras la caída de la hoja, cuando las yemas comienzan a adormecerse para resistir temperaturas de hasta -15º C. En esta fase, la actividad vegetativa de la planta se ralentiza.
Pasado este periodo de hibernación se produce el lloro (estado fenológico B1) a consecuencia de la reanudación de la actividad en la planta. En este caso se podrá apreciar la salida de la savia por las heridas de la poda.
La primavera y el despertar de la planta traerá consigo la aparición de la borra o yema hinchada (estado fenológico B2), que continuará evolucionando hasta que aparezca la punta verde o estado fenológico de la vid C. El aumento de la temperatura llevará consigo las etapas D, con las primeras hojas, que pasaran a extenderse y aumentar de tamaño (E) hasta la aparición de los racimos ya apreciables (F).
La atención se centrará ahora en el crecimiento y apertura de estos racimos hasta su maduración. Este proceso abarca la separación de cada uno de ellos (G), la separación de los botones florales, y el inicio de la floración (I1). Aquí nos detendremos para analizar cómo van quedando al descubierto los órganos de la flor hasta la plena floración (I2) cuando maduren los estambres y pistilos.
El cuajado llegará en el estado fenológico J cuando se comienzan a distinguir el grano de la uva o baya, hasta llegar al tamaño de un guisante (K) y continuar su evolución hasta el cerramiento del racimo (L). En este momento el crecimiento parará con el inicio del envero (M1), donde aparecerá la pigmentación de los frutos hasta llegar al pleno envero (M2).
En la maduración o estado fenológico N, el racimo pierde acidez, acumula azúcares y reanuda rápidamente su crecimiento generando los aromas varietales. Las dos últimas etapas (O1 y O2) se relacionan con la caída de las hojas, desde su amarilleamiento hasta la caída total, dando comienzo a un nuevo ciclo de todo el proceso.